El futuro en esta vida está formado en
parte por el destino pero también hay parte de casualidad. No debemos vivir sin
hacer nada pensando que nada importa y dejando todo en manos del destino. No,
no.
Vivamos al límite, aprovechemos y disfrutemos nuestra vida como si cada
día fuese el último, olvidemos el futuro, no importa a donde nos lleve el
destino o con lo que nos enfrente la casualidad. Vivamos el presente.
El futuro ya vendrá, lo que depende de nosotros es el presente.
Hagamos todo lo que esté a nuestro alcance. Hagamos lo que nos gusta, y seamos
felices. Contagiemos esa felicidad a toda esa gente que tanto lo necesita.
Preocupémonos un poco por los demás, pongámonos en la piel del otro más de vez
en cuando, es muy necesario.
Además el destino es un camino sin definir, que pude cambiar con
cualquier cosa o decisión que tomes ahora mismo. Sea la correcta o no, no
importa. Si fallamos o cogemos el camino equivocado, paramos, reflexionamos y
nos dirigimos hacia uno diferente. No nos podemos referir a él como el camino incorrecto porque no lo era,
sino que en ese momento quizá no era eso lo que queríamos. Pero no importa,
tomamos otro camino y ya está, pero nos quedamos con todas las cosas que hemos
aprendido, que son muy importantes y nos servirán para seguir tomando
decisiones.
Pensemos que la vida es como un árbol, todos hemos nacido en las
raíces, crecemos en el tronco y todos vamos a llegar a la copa. Pero hay
infinidad de formas diferentes de llegar, cada una de esas ramas. Todas llegan
al mismo lugar pero de forma muy diferente.
Si lo piensas, toda esta vida es camino, quieras que no, el destino
es el mismo para todos. Eso es lo que nos hace diferentes, la manera de
realizarlo. En el camino, todos nos vamos a topar con cosas buenas y cosas
malas, que nos van a gustar más y nos van a gustar menos. Pero tomémoslo como
experiencias que seguro que nos enseñan algo. Seguro.
Precioso y sabio, Luz. Enhorabuena.
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